Nos parece interesante publicar este texto titulado “Los días de la semana”, ya que de una manera u otra siempre estamos inmersos en alguno de ellos. Y el que esté libre de vivir en un día de la semana, que tire la primera piedra, pero que la tire lejos, no vaya a romper algo.
Este guión, aparte del placer que comporta su lectura, está recomendado para mejorar la comprensión. Y parafraseando a mi abuelo Presentación: “si no hay comprensión, no tenemos nada”.
Recomendable para unos y otros. Que a buen entendedor, pocas palabras bastan. Así que, punto.
Los días de la semana
Autor: José Luis Garcia
(En escena vemos un reloj de arena. Entra Jaimito, un muchacho de aspecto travieso. En su camiseta y de manera clara, está escrito “Lunes”).
LUNES.-
Menudo lunes. Me aburro más que un topo.
(Ve el reloj de arena).
¡Caracoles!, que reloj más chulo.
(Da vueltas alrededor del objeto).
¡Buah!, ya ha caído toda la arena.
(Mira a izquierda y derecha del lugar).
Si nadie me ve darle la vuelta, es como si no la diera. Soy el más listo, lo que pasa es que no estudio.
(Le da la vuelta al reloj. Al instante aparece a su lado otro Jaimito, idéntico a Lunes, sin embargo el nuevo trae puesta una camiseta que pone “Martes”).
MARTES.-
¿Listo?, ¡menudo ceporro!
LUNES.-
¿Tú de dónde sales?
MARTES.-
Del martes.
(Le muestra su camiseta).
¿No está claro? Y tú eres el Jaimito del lunes… ¡Listo dice!, menudo torpe. Eso de ahí no es un reloj, es una máquina del tiempo.
LUNES.-
¿Y cómo lo sabes?, ¿porque has vivido un día más?
MARTES.-
No. Lo sé porque me lo dijo el Miércoles.
(Le da la vuelta al reloj. Aparece un Jaimito con el “Miércoles” de rigor escrito en la camiseta).
MIÉRCOLES.-
¿Pero queréis estaros quietos con la maquinita?
MARTES.-
Perdona, Miércoles, pero es que Lunes no cree que esto sea una máquina del tiempo.
LUNES.-
No parece una máquina del tiempo.
MIÉRCOLES.-
¿Y qué parece, una máquina de café?
LUNES.-
Tú no te metas conmigo.
(Lunes empuja a Miércoles y éste tropieza con el reloj, que queda tumbado en el suelo).
MARTES.-
¡Hala!, ¿y ahora cómo sabremos cuál es la parte de arriba?
LUNES.-
Adivínalo, ya que eres tan listo.
(Los tres miran el reloj tumbado).
MIÉRCOLES.-
Menos mal que yo estoy aquí.
(Pone de pie el reloj. Aparece Jueves, con su camiseta rotulada).
JUEVES.-
¡Bien! Menos mal que estás aquí para fastidiarla otra vez.
MIÉRCOLES.-
La culpa es de Martes, como siempre.
MARTES.-
Oye, cara de melón.
MIÉRCOLES.-
¿Qué dices?, si tienes la misma cara que yo.
MARTES.-
Ya quisieras tú ser la mitad de guapo que yo.
LUNES.-
Vosotros dos siempre os estáis peleando.
JUEVES.-
Esto tiene que verlo Viernes.
(Da la vuelta al reloj. Aparece Viernes).
VIERNES.-
¿Qué pasa ahora?
MARTES Y MIÉRCOLES.-
(Al unísono).
Pasa lo que no se traba.
JUEVES.-
Que éstos dos se están peleando, como siempre.
VIERNES.-
De lunes a viernes, siempre con peleas.
MARTES.-
Perdona listillo, pero en todo caso, nos pelearemos de martes a viernes.
MIÉRCOLES.-
Yo sólo desde el miércoles.
MARTES.-
Bien dicho, cara de melón.
MIÉRCOLES.-
Y tú deberías darte con jabón.
JUEVES.-
Éstos son más brutos que un jamón.
LUNES.-
Yo no he dicho nada, tapón.
VIERNES.-
De escucharos, me saldrá un flemón.
(Se produce un tremendo guirigay, durante el cual, el reloj vuelve a caer y a quedar tumbado en el suelo).
TODOS.-
(Al mismo tiempo).
¡Hala!
MIÉRCOLES.-
Tranquilos, que yo estoy aquí.
(Pone el reloj en pie. Aparece Sábado).
VIERNES.-
Éramos pocos y apareció Sábado.
SÁBADO.-
Bueno, ya está bien de discusiones. Vamos al parque a jugar un rato.
MARTES.-
¡Buena idea!
JUEVES.-
¿A qué esperamos?
(Comienzan a salir todos).
LUNES.-
Un momento, aquí falta el del domingo.
SÁBADO.-
¿No has oído que el domingo descansó?
LUNES.-
¿El domingo descansó?
VIERNES.-
Claro, no hace otra cosa.
JUEVES.-
No lo esperes, porque nunca aparece.
LUNES.-
Vaya. Mola ser domingo.
(Salen todos).
(Aparece Domingo, desde abajo).
DOMINGO.-
El domingo descansó, claro. ¿Pero quién lo recoge todo?, pues yo, Domingo.
(Coge el reloj).
El domingo descansó, tiene gracia; y ellos en el parque.
(Sale con el reloj).
FIN
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